uploaded with [url=http://imageshack.us]imageshack.us[/url]" />

Highway to Hell

viernes, 12 de agosto de 2011


(Hemos cambiado de mapa porque la zona de hoy no llegaba a salir en el otro)

Esta mañana nos despertamos reventadísimos por habernos acostado tan tarde la noche anterior. Cuando bajamos a desayunar nos encontramos con una cola enorme de gente esperando a entrar en la cocina para servirse el desayuno, y es que justo coincidió que el día anterior habían llegado un grupo de sudamericanos tipo Scouts (pero no son Scouts) y estaban todos allí para desayunar.

Josué terminó de desayunar antes que yo, y subió él sólo a la habitación para que no se le hiciera tarde. Cuando estaba cepillándose el pelo frente a un espejo que hay en la habitación, oyó que tocaban la puerta. Primero pensó que era yo, pero luego abrieron la puerta (y yo no tenía llave). Cuando se fue a dar cuenta, tenía tres policías metidos en la habitación que revisaron las camas una por una, abriendo las cortinas para ver quién estaba dentro. Algunos de la habitación, que estaban medio-dormidos todavía, se asustaron cuando les abrieron sus cortinas. Al final, abrieron la última que quedaba, donde se encontraba su objetivo, y despertaron al chico (español) que dormía allí. Justo esa cama estaba en frente del lavabo y el espejo donde estaba Josué, así que lo vio todo en primer plano. Mientras el chico se despertaba, Josué fue tan agusto a coger el cepillo y la pasta y volvió a la escena del crimen a lavarse los dientes.

Más o menos en ese momento entré yo en la habitación. Cuando llegué vi la puerta entreabierta y pensé "Josué la dejó abierta porque yo no tenía llave"; al entrar vi que Josué no estaba en nuestra zona, y cuando miro hacia el otro lado -donde el lavabo- me veo a los tres policías allí. Desde mi posición no veía si Josué estaba allí o no, pero traté de disimular mi preocupación yendo a mi cama a esperar.

Josué terminó de prepararse y volvió a nuestras camas, cogió lo que le quedaba y se fue a clase corriendo, que ya era bastante tarde. Al poco de salir él, el chico se levantó de su cama y los policías se lo llevaron (tranquilamente, sin esposar ni nada). Aún no sabemos lo que pasó realmente, pero a ese chico lo habíamos visto en el anterior hostal donde nos quedamos el fin de semana pasado. Una noche que estábamos durmiendo allí, oí que en la calle se habían peleado dos chicos, y había bastante bronca abajo. Eran españoles. Nuestra versión de los hechos es que le hayan cogido por esa pelea, y tal vez por algo más (pues Josué escuchó a la policía decir algo de una segunda pelea), pues él era de los que solía quedarse abajo -en la calle- hasta tarde por la noche. Tal vez el chico se cambió de hostal para esconderse, o a saber.

Bueno, después de esta interesante anécdota, Josué fue a clase y yo me quedé preparándome y buscando ofertas de trabajo. Tenía una oferta para una entrevista o bien hoy o bien el lunes, pero al menos por hoy no estaba muy segura de ir, pues la entrevista -y el trabajo en sí- es en la zona 6 de la ciudad, por lo menos, y es carísimo el viaje hasta allí.

Quedamos de nuevo en la parada de la Academia de Josué y desde allí, decidimos ir a Camden Town y pasar el día allí.

Camden Town es un barrio en la periferia de Londres (es céntrico, pero no es el centro centro), famoso por ser un barrio alternativo; lleno de tiendas y mercadillos super extravagantes. Se considera la capital del rock alternativo en Gran Bretaña. Otro dato curioso, en este barrio fue donde se encontró a Amy Winehouse cuando falleció.

Llegamos ilusionados con ver algo totalmente extraño, un barrio totalmente distinto. Sin embargo, cuando salimos de la parada de metro lo único extravagante que vimos fue a dos chicas vestidas de negro con cadenas y el pelo teñido de rojo. De resto, vimos una calle laaaaarga y normal como las demás de Londres. Además, teníamos otro problema: en nuestro mapa no sale esa zona, por estar demasiado lejos del centro. Así, decidimos caminar por cualquier lado en busca de alguna tienda o lugar diferente.

La calle por la que caminábamos no tenía nada en especial: McDonald's, Burguer King, un Game,... lo más parecido a una tienda de música que vimos fue una tienda de segunda mano. Al final de la calle, ya cansados, vimos un bar -o una sala de concietos, como vimos después- llamado Koko, donde había un buen grupo de góticos, sentados, haciendo cola. Investigando, vimos que esta noche actúa Dir en Grey en esa sala.

A parte de eso, seguimos sin ver nada. Decepcionados, decidimos meternos en alguna otra calle
paralela mientras volvíamos a la parada de metro. Y más de lo mismo: casas residenciales y alguna que otra tasca. Tras mucho caminar, vimos un pequeño mercadillo. Era algo distinto, sí, pero no lo que esperábamos de ese tan famoso barrio.

El mercadillo vendía ropa tipo la del rastro, pero más alternativa.

Por fin, cuando salimos por el otro lado del mercadillo, nos encontramos de repente en una calle que parecía haber aparecido allí mismo. La calle estaba llena de gente de todo tipo, las tiendas tenían ropa por fuera colgadas: chaquetas de cuero, botas tipo New Rock, camisas de grupos, trajes, corsets... Había tiendas de ropa una al lado de otra para aburrir. Cuando intentamos situarnos, nos dimos cuenta de que estábamos de nuevo al lado de la parada del metro: cuando nos bajamos, caminamos hacia el lado contrario y no nos dimos cuenta de que la zona que buscábamos estaba justo detrás nuestro (a dos pasos)... ¡Qué raro en nosotros!


Nos metimos por un mercadillo que de repente se convirtió en un laberinto de zapatos, tenis, botas, ropa, chaquetas... No sabíamos casi ni como salir.

Luego fuimos a varias tiendas de ropa; eran como Pochito, pero bien ordenaditas y a lo bestia. También había bastantes zapaterías que vendían desde Dr. Martens hasta All Star y Adidas. Los precios, algo más baratos que aquí. Entre unas y otras, también había tiendas de tatuajes y piercing. En cuanto a tiendas de música, no encontramos ninguna salvo rastrillos de discos y vinilos, pero algunas habrá por ahí escondidas.

En una de las tiendas por las que pasamos delante, una chica nos dijo que si queríamos pasar a verla por dentro. Nosotros, encantados, entramos para seguir golifiando. Una vez dentro, casi que nos arrepentimos. Nada más entrar vimos que a cada dos pasos había un dependiente mirándote. Además, la tienda estaba toda tirada; sólo había hueco para un pequeño pasillo.

Cuando llegamos al final de la tienda, una de las dependientas -la más rara con la que nos topamos- nos preguntó qué queríamos ver. Josué, para salir del paso, dijo que buscaba camisetas de Deep Purple, y la chica le empezó a sacar camisetas mientras decía "Para ustedes, por ser españoles, les va a costar 20L". Como Josué en verdad no quería ninguna, al momento se las devolvió y la chica gritó a otro dependiente: "¡Nunca más atiendo a españoles! Mira, de todas las camisas de Deep Purple no le gusta ninguna".

Así, riéndonos por compromiso, intentamos salir de la tienda, pero el que suponemos que era el dueño dijo que no, que fuéramos al piso de abajo. Nos acompañó un chico joven y cuando estábamos bajando por las escaleras -que a saber dónde iban a parar- empezó a hablarnos en un español totalmente andaluz. Eso, y que por esa misma escalera subía un grupo de chicas que también estaban mirando la tienda, nos tranquilizó un poco (pero sólo un poco). En el piso de abajo había un montón de chaquetas amontonadas, que el chico intentó enseñarnos.

Cuando subimos, volvimos a intentar irnos, pero nos volvieron a parar el camino diciéndonos que subiéramos al segundo piso. El andaluz nos acompañó y nos enseñó una habitación con pantalones tirados.

Al fin, conseguimos salir de esa casa del terror y, traumatizados, decidimos ir a comer. Salimos de esa calle de locos, y volvimos a la que habíamos visto nada más llegar al barrio, para estar con más tranquilidad. Luego, volvimos a seguir con el paseo.

En cada esquina de aquella calle había un mercadillo -a parte de todas las tiendas. Es más, llegó un momento que dentro de un mercadillo llegamos a otro mercadillo distinto; o de que entramos en una tienda normal y corriente y la puerta de atrás llevaba a otro mercadillo.

Total, que después de ver mil cosas y ya cansadísimos de caminar, volvimos al metro rumbo Bayswater. Decidimos que algún día volveríamos, antes de acabar el viaje, para terminar de ver la cantidad de cosas que nos dejamos.

Y hasta aquí el día de hoy.

El plan de mañana: visitar el British Museum! Claro está, después de dormir bastante, que para algo es sábado.

¡Buenas noches!

The second star to the right!




Ayer, Jueves 11 de Agosto, nos despertamos los dos temprano para ir a la Academia de Josué. Los de la Academia organizaban una visita al Buckingham Palace (la residencia oficial de los reyes británicos) para ver el cambio de guardia; Josué iba a ir, y yo, de paso, me acoplaba.

Estaba medio chispeando, pero no hacía del todo frío. La gente estaba esperando por fuera cuando llegamos (todos españoles). Identificamos a una chica como canaria desde que la oímos hablar. Hubo un pequeño lío antes de partir: que si se retrasaba la visita, que si se cancelaba, que si al final se hacía... Total, que de repente la gente se empezó a mover hacia la parada de metro, y, nosotros, sin saber lo que había pasado al final, fuimos con ellos.

No sabíamos que había pasado porque el monitor era tan joven como los alumnos, e iba igual vestido que los demás, así que no sabíamos que era monitor.

En el metro, la chica canaria se entretuvo sacando los billetes del metro, y un pequeño grupo nos quedamos esperándola. Cuando acabó, nos miró con cara de sorprendida y dijo "¡ah! pero si yo no voy a la excursión"... ¡Muy bien! Corrimos escaleras abajo hasta el metro, donde nos esperaba el resto del grupo. Efectivamente, la chica se bajó en la siguiente parada, ella sola.

El que nos guiaba estaba un poco pescando y nos hizo coger 3 líneas distintas de metro (cuando con dos líneas bastaba). Además, cuando salimos de la parada en St. James' Park (una de las paradas cercanas al Buckingham Palace) se equivocó y empezó a caminar en dirección contraria al palacio, hasta que se dio cuenta.

Al final llegamos una hora antes del cambio de guardia, y ya empezaba a haber más o menos gente aglomerada en las vallas. Josué y yo nos separamos del resto del grupo (que estaban todos un poco pescando, pues se quedaron hablando en medio de la plaza, en vez de coger sitio) y nos pusimos en un buen sitio: en el centro, y casi pegados a las vallas. Allí hicimos tiempo durante una hora: hablando, mirando a la gente, leyendo un periódico que habíamos cogido en el metro (aquí en todos lados encuentras periódicos gratuitos: Metro, Evening Standard...). De vez en cuando pasaban caballos de la guardia, o un pequeño pelotón de guardias, por la rotonda que hay antes del Palacio, pero a parte de eso, todo el entretenimiento consistía en ver cómo un guardia iba de un lado a otro -siempre con el mismo recorrido- dentro del Palacio.

Cada minuto que pasaba se llenaba más de gente el lugar, hasta el punto de que mirabas hacia atrás y sólo veías cabezas y paraguas. Nosotros teníamos justo delante dos portuguesas que sostenían un paraguas que nos daba bastante miedo. Por dos veces estuvo a punto de sacarle un ojo a Josué, si no fuera porque lleva gafas. Además de los instintos asesinos, el paraguas no dejaba ver a la gente, y por mucho que la gente dijera indirectas tipo "¡Eo! La lluvia hace rato que paró" en distintos idiomas, las portuguesas no se daban por aludidas.

Cuando llegó la hora llegó desde el St. James' Park un pelotón seguido de una banda de música. Entraron en el Palacio, se colocaron y uno de ellos empezó a dar berridos que no entendíamos, mientras los demás cumplían sus ordenes. Al rato (buen rato) llegó otro pelotón e hicieron lo mismo. Luego, mientras la guardia se movía de un lado a otro, se iban, volvían... las dos bandas de música tocaron un par de canciones. Al final, un pelotón salió del Palacio y se acabó.

En realidad, esperar durante una hora (y más, que habrá gente que haya estado esperando mucho más), y luego estar ahí apretujados como sardinas en lata, para ver eso, no valdría la pena en cualquier otro lugar. Pero como buenos guiris cumplimos con nuestro deber.

Cuando más o menos se despejó el lugar, nos dirigimos a buscar (por fin) el Big Ben, que no quedaba muy lejos de allí. Antes de llegar, pasamos por la Catedral de la Abadía de Westminster.

Cómo no, tuvimos que admirarla desde fuera, pues costaba 16 libras la entrada. A cambio, te dejaban ver una pequeña capilla que había en el jardín de la Catedral, y que no era más que una capilla normal y corriente (es decir, por no tener, no tenía ni esculturas que mirar, salvo unos cojines con unos dibujillos). Además, por si fuera poco el mosqueo, en la entrada de la capilla había un cartel sobre una hucha enorme que ponía: "¡Ayúdanos! Sólo necesitamos 2.000.000 de libras para reformar esta capilla". Ah, bueno, si sólo es eso no importa.

Desde la Catedral ya podíamos ver el Big Ben cerca, y a medida que nos acercamos a la propia Abadía de Westminster, veíamos el Big Ben más grande.
Estuvimos allí, viendo el reloj, el Támesis, el London Eye (la enorme noria desde la que se ve prácticamente todo el centro de Londres, y más allá).


Pasamos un largo rato allí, antes de que el hambre empezara a hacerse notar.

Caminamos en busca de algún lugar donde comer, pero a la vista de no encontrar nada, nos sentamos en un banco para ver el mapa y decidir donde ir.

Sin embargo, nos entretuvimos como tontos jugando a un juego que se inventó Josué. El juego consistía en que uno decía un lugar de Londres, medianamente importante (es decir, que saliera más o menos grande en el mapa) y el otro tenía que encontrarlo en 10 segundos. En verdad, el juego sirvió para aprendernos algunas zonas, así que estuvo bien que pasáramos el rato así; pero no nos pusimos de acuerdo sobre quién había ganado y quién había perdido el juego.

Al final decidimos ir a Oxford Street, una calle extremadamente larga llena de tiendas gigantes (a lo mejor hay un edificio entero que es una Farmacia, otro que es sólo de Adidas, otro de Apple... etc). Cogimos el metro y antes de salir de la parada de Oxford Circus vimos que por fuera estaba lloviendo más o menos fuerte, es decir, no estaba como para ir a dar un paseo, y menos en esa calle tan larga.

Así, volvimos -ahora con bastante más hambre que antes- a Bayswater, a la batcueva londinense. Compramos carne y refrescos en el Tesco y nos los hicimos allí. La cocina estaba, sorprendentemente, vacía. Luego nos dimos cuenta de que no era tan sorprendente: nadie iba a usarla a las casi 5 de la tarde. Comimos bastante, y, llenos, nos fuimos a tomar la siesta a la habitación, con la intención de despertarnos poco después para volver a Oxford Street.

Cuando nos despertamos, aunque no era muy muy tarde, sí era más tarde de lo esperado, así que cancelamos la visita a la Oxford Street y decidimos ir en la búsqueda de la estatua de Peter Pan en el Hyde Park.

La estatua de Peter Pan es bastante famosa por varios motivos. El primero, el que es totalmente cierto, es porque en los cuentos de Peter Pan escritos por JM Barries, su creador, se nombra muchas veces esa zona del parque y, por lo visto, tiene bastante importancia en la historia del personaje. Por otro, la estatua cobró más importancia porque la colocaron allí durante una noche, y se publicó misteriosamente en el periódico que los niños encontrarían una sorpresa en el Hyde Park. Ahora tiene fama de ser una estatua misteriosa, que está muy escondida en el parque y díficil de encontrar.

Otro dato interesante sobre la estatua; JM Barries creó a Peter Pan basándose en su hermano mayor, que había muerto en un accidente de esquí, y al cual quiso plasmar en un personaje que fuera siempre niño. Así, JM Barries quería que el niño de la estatua fuera su hermano, pero el escultor no lo hizo así, y JM Barries quedó muy decepcionado con la estatua, a pesar de su éxito en el resto de la gente.

Bueno, volviendo al día de ayer, tras caminar por el parque, guiados por Josué, llegamos sin saber cómo a la estatua. Josué decía saberse el camino, pero luego admitió que no se esperaba encontrarla donde la encontramos.

No diré donde está la estatua para que la busque cada uno si alguna vez les da por ir para allá, pero la verdad que pensé que estaría bastante más escondida. Había un pequeño grupo de gente allí -todos españoles, cómo no- sacándose fotos con la estatua. Nosotros nos quedamos un buen rato allí, entretenidos con los animalillos del parque, hasta que seguimos caminando.

Nos entretuvimos un buen, buen rato mirando cómo un hombre daba de comer a un grupo
grande de patos y cisnes que había en la orilla del Serpentine, el río que cruza el Hyde Park. Era divertido, pues los cuatro cisnes que había se peleaban con los pequeños patitos cuando éstos se acercaban a coger la comida; y los patitos a veces se la jugaban acercándose a ellos para coger trozos de pan. Además, estaban las gaviotas, que a lo piti salían volando de repente y les robaban a los demás los cachos de pan.



Así, cuando empezó a atardecer, nos fuimos del Hyde Park rumbo nuestro hostal. Hicimos la cena -bastante menos abundante que el almuerzo pero no por ello menos rica- y más tarde nos fuimos a acostar. No sabíamos cómo, pero se nos habían hecho las 12 de la noche y estábamos tan tranquilos.

Claro, así nos costó tanto despertarnos esta mañana. El plan para hoy: indefinido. En principio tenía que ir a una entrevista de trabajo, pero busqué el lugar y está bastante, bastante lejos de Londres. No sé si iré o no, lo consultaré en breve con la almohada.

¡Buen día!

(Foto que sacamos en el Hyde Park)

As time goes by...

jueves, 11 de agosto de 2011


Ayer, miércoles 10 de Agosto, nos despertamos una mañana más en el Smart Hyde Park.

¡Por fin cambiamos -mínimamente- el menú de desayuno! El día anterior compramos un bote de Nutella en el Tesco, así que ayer pudimos -a parte de los cereales y tostadas- tomar pan con Nutella *-*

Después de las preparaciones, Josué partió a clase. Fue por fin a la clase del nivel que le correspondía, aunque él sigue diciendo que los de su clase están pescando, y que tal vez debería estar algún curso por encima (se las manda). De todas formas, los viernes se supone que hacen exámenes para ver si te suben o no de nivel, así que tendrá que esperar.

Quedamos en la parada cerca de su Academia otra vez, y un chico de su clase nos invitó a ir con él y sus amigos a ver los Museos... pero nosotros ya los hemos visto :P Así que nos fuimos nosotros por nuestra cuenta y después de dar varias vueltas sin sentido -esta vez no por perdernos, sino porque estábamos hablando y no habíamos pensado aún donde ir- decidimos ir al London Museum.

Tuvimos un pequeño problema con distinguir el London y el British Museum, de hecho sólo sabíamos de la existencia del British, pero según el mapa existía también el otro, así que decidimos ir a verlo.

Caminando hacia el Museo, que no quedaba del todo lejos de donde estábamos, empezó a entrar hambrita, y como esa zona ya la conocíamos del día anterior, fuimos al Tesco donde comimos aquella vez. Volvimos a St. Paul, a los jardinitos de alrededor, y comimos de nuevo allí (de hecho, comimos lo mismo que el día anterior, bocadillo de salchicha y una Dr. Pepper para acompañar :D (CocaCola con cereza, pero la marca original). Ya preparados, fuimos para el Museo.

Nos costó un poco encontrar la entrada porque el Museo está sobre una plataforma por encima del nivel de la calle, y para llegar a él hay que subir por unas escaleras mecánicas que están dentro de otro edificio -que aparentemente no tiene nada que ver.

El London Museum cuenta la historia de la ciudad de Londres desde la prehistoria hasta la edad moderna. Está dividido en salas ambientadas, bastante grandes, con objetos, juegos, imágenes, recreaciones, historias...

En la sala de la prehistoria, contaba cosas como los distintos cauces del Támesis (que hace millones de años era extremadamente gigante comparado como es ahora), las primeras casas de los habitantes de "Londres", los animales que habían por allí...

Luego contaban cómo evolucionó la ciudad al ser conquistada por el Imperio Romano, y que una vez construida toda la ciudad, un grupo de bárbaros dirigidos por una mujer (de la cual no recuerdo el nombre) la destruyó.

Luego llegó la Edad Media y las cosas se parecían más a la prehistoria. Se construyeron catedrales como la de St. Paul que visitamos ayer... Pudimos probarnos ropas de la época:




















Vimos un vídeo sobre la peste negra que era bastante, bastante crudo. También vimos un vídeo sobre el Gran Incendio de Londres, un incendio provocado por unas brasas en una panadería, que se extendieron por todas las casas de Londres, que eran de madera, y prendieron durante 5 días toda la ciudad.

Después llegó la Época Victoriana y todo era como en las películas, trajes enormes y preciosos, relojes por todos lados,...


Había también una sala que imitaba un jardín de la nobleza, en una fiesta de noche; lleno de maniquís de gente de la época, bailando, o simplemente estando allí; con sonido, música, unos vídeos de algunas situaciones (dos enamorados, una pelea...).

De ahí saltamos a la Edad Moderna: coches, música,... Había una sala con una recreación de como debían ser las calles de la época, y era genial pasearse por esa sala, con las tiendas, los escaparates, los bares (a los que podías entrar y sentarte allí), carros en las calles. Estando en esa sala se quedó la cámara sin batería, por lo que no conseguimos sacar ninguna foto a partir de aquí. Había otro vídeo, esta vez sobre la Segunda Guerra Mundial en Londres, con testimonios de la gente que lo vivió en primera persona.

Cuando ya prácticamente habíamos acabado de ver esta sección, que era la última, sonó el aviso de que el Museo iba a cerrar. Perdí a Josué de vista, y me puse a buscarlo. Lo encontré sentado en unos sillones, entretenido viendo dibujos infantiles de la época: Andy Pandy y otros que no recordamos el nombre.

Salimos del Museo cuando estaba ya cerrando, y decidimos volver al hostal; hacer la cena y descansar.

Hoy ya ni si quiera se han visto policías en las calles, así que, al menos en Londres, está todo mucho más en calma con respecto a lo de los disturbios.

To be... or not to be

miércoles, 10 de agosto de 2011


Ayer, y ahora sí que sí, Josué fue a su primer día de clase de verdad, y con él, más problemas. A pesar de darle los libros del nivel intermedio, les colocaron -a él y a otros chicos en su misma situación- en una clase donde había gente que nunca había estudiado inglés. Indignados, se quejaron diciendo que su nivel no correspondía con esa clase, y la solución que les dieron fue cambiarle los libros por los del nivel de beginner (¡ala! ahora ya es el mismo nivel... -.-"). Como es obvio, no se quedaron callados, y tras mucho insistir consiguieron que les hicieran un hueco en el nivel que les tocaba.

Le repartieron un montón de hojas de vocabulario que nos venían genial (por ejemplo, vocabulario sobre objetos de cocina, que cada vez que tenemos que pedir algo en la recepción para poder hacernos la cena lo pasamos mal xD Jamás me había preguntado como decir tenedor en inglés)... Sin embargo, Josué las tiró en el baño antes de salir de clase (¿para qué las queremos, total, tenemos diccionario? -.-).

Quedamos en una parada de metro cercana a su escuela, y de allí caminamos sin rumbo para ver la zona. Acabamos llegando a la catedral de St. Paul; una catedral enorme y preciosa, con una enorme cúpula en el centro.

Intentamos entrar en la catedral para verla por dentro, y nos encontramos con que la entrada costaba nada más y nada menos que 15L cada uno O.O, para que luego digan que la casa del señor es para todos. Con ese dinero comemos nosotros unos cuantos días buenos... Así que, indignados, seguimos con nuestro paseo.

A esas horas ya empezaba a apretar el hambre así que buscamos nuestro querido Tesco más cercano. Compramos unas salchichas que venden allí, recién hechas, y pan, para hacernos un bocadillo que hemos visto varias veces y que tenía bastante buena pinta. Por cierto, un dato que
no deja de sorprendernos, un pack de seis huevos en el Tesco (que no es un supermercado caro,

precisamente) cuesta 2,50 libras que son más de 3 euros... Aquí las gallinas deben ser de las que ponen huevos de oro *-*

Comimos en un parquecillo en los alrededores de la Catedral y de allí nos dirigimos a buscar la Calle Fleet (la calle de Sweeney Todd), que quedaba cerca.

La calle Fleet realmente no tiene nada en especial: es una calle, punto. Es bastante amplia y larga, una calle principal. Tiene barberías, sí, y también tienda de empanadas, pero no hay ningún Sweeney Todd por allí. A mitad de la calle decidimos meternos por los callejones que veíamos: en uno, encontramos una bonita cabina roja donde nos entretuvimos un rato. En otro, fuimos a parar a un patio tranquilito y precioso, con bancos y césped, donde descansamos.




















Seguimos caminando sin saber donde íbamos a parar. Pasamos por una casas que daban pena de lo pobres que eran allí: cochazos, jardines impresionantes... Al final, llegamos al Támesis. La vista desde allí era preciosa: el río (un poco asqueroso, realmente, pero si no te fijabas en la cantidad de basura que flotaba por él, era bonito), el London Eye y el Big Ben de lejos, y las casitas en las orillas. Por el otro lado alcanzábamos a ver el London Bridge, el famoso puente. Había un hombre pescando en el río, y nos quedamos a ver si pescaba el pez de tres ojos de los Simpson, o qué tipo de pez mutado tenía que salir de esa agua entre marrón y verdosa.

Como el pescador no consiguió nada en los 15 minutos que estuvimos allí, seguimos caminando. Encontramos un mapa en la calle y descubrimos que no muy lejos de allí estaba el Shakespeare's Globe, el teatro donde Shakespeare estrenó prácticamente la mayoría de sus obras. Cogimos el metro y buscamos el teatro. Cómo no, nos perdimos antes de llegar :)

Entre la ilusión y la decepción que me llevé al ver el Teatro, no supe que pensar (tampoco ahora). Han construido un edificio moderno alrededor del verdadero Globo. El edificio nuevo tiene las taquillas, tienda de souvenirs, cafetería y baños del teatro; y el teatro en sí está tras él. Ésto no tendría nada de malo, salvo que no puedes ver apenas el original Globo desde la calle. Sin embargo, no sólo construyeron ese edificio alrededor, sino que lo hicieron pared con pared, con lo cual, sí que es imposible ver parte del teatro tal y como era. Solamente puedes ver un lateral, desde una calle que pasa entre el Támesis y el teatro. Además, no puedes entrar dentro a ninguna hora, a no ser que tengas entrada para ver alguna obra.

Bueno, habrá que ir a ver alguna obra un día de estos para poder ver el Globo por dentro ^^

Seguimos caminando por la zona y encontramos la Tate, una galería de arte moderno. Justo antes de entrar nos encontramos (casualidades de la vida) con Gabriel, un chico de mi clase que al igual que nosotros, fue a Inglaterra a trabajar, y que está viviendo en un pueblo en las afueras, bastante afueras, de Londres. Luego entramos en la Tate y vimos parte de una galería que trataba de vidas de distintas personas en distintos lugares del mundo. Sin embargo, no estuvimos allí ni 20 minutos cuando cerraron. No eran apenas las 6 de la tarde.

Ya de allí decidimos volver al hostal, para que no se nos hiciera muy tarde en el terreno hostil que puede ser la noche ahora tal y como está la cosa. Así que, tras volvernos a perder antes de encontrar el metro, volvimos a Bayswater.

Allí, la calle principal (Queensway) estaba guardada por unos dos o tres furgones de la policía y una docena o más de agentes en la calle. El Sainsbury's y el Tesco, dos de los supermercados de la zona, estaban cerrados por precaución.

Cuando nos hacíamos la cena, ya en el hostal, vimos cómo la gente está pescando en la cocina: un grupo de franceses trataba de cocinar unos macarrones que habían inundado en agua. A cada dos minutos el agua se desbordaba del cacharro y mojaba la vitrocerámica, apagándola. Luego no sabían como volverla a encender (y tampoco se daban cuenta de que se encendía después de que yo la secara, simplemente decían "¡Ah! ¡Ya funciona!" xD). También vimos como un chico había comprado una pizza para hacer en el horno... pero el hostal no tiene horno. El chico intentaba hacer la pizza en una sartén, dándole calor. Tardó un buen, buen rato en conseguir que la pizza se medio-hiciera. Un italiano intentó hacer unos filetes de pollo, y como no tenía sartén ni plancha, lo hizo en un cazo. Cuando los fue a sacar se le habían quedado pegados abajo, y encima no se habían terminado de hacer; estaban medio crudos.

La noche fue tranquila. Estando en la sala con los ordenadores, pasaron algunos coches de policía con las sirenas, y la gente de la sala se miraba con cara de "ay, dios", pero a pesar de eso, no pasó nada durante toda la noche.

Lo siento porque este post no esté ilustrado, pero la cámara está ahora mismo sin carga y no he podido pasar las fotos. En cuanto pueda las pasaré y edito el post ^^

London tourist map


Hemos decidido ilustrar un poco más nuestros recorridos marcando en un mapita las zonas que vamos visitando.



En este mapa están las zonas más importantes que hemos visto estos días (hemos ido a otras zonas, pero de pasada, así que no las señalamos). Si le dan un click se abrirá un enlace para verlo más grande, y si en ese enlace, le vuelven a dar un click, se verá todavía más grande xD

-La camita grande y negra es donde, aproximadamente, esta el hostal. Esas calles constituyen la zona de Bayswater.

-La zona amarilla que hay debajo es Hyde Park, que hemos ido bastantes veces, ya que nos queda muy cerca del hostal.

-En la zona azul marcamos los Museos a los que fuimos el sábado y el domingo; están todos pegaditos.

-En la zona roja pusimos todo el recorrido del Lunes (Piccadilly, Trafalgar, Covent Garden) y también, en pequeñito, donde está más o menos el Hard Rock Café y la Embajada española (aunque ésta está un poco más abajo, es aproximado).


La casa de Monika, la chica polaca, donde se supone que nos vamos a alojar en unos días, no aparece en el mapa porque está un poco más a las afueras. En cualquier caso, estaría en la zona Oeste del mapa.

¿Qué está pasando en Londres?

martes, 9 de agosto de 2011
La ciudad lleva tres días tensos.

El sábado por la noche hubo varias revueltas violentas en Tottenham (una de las zonas de Londres): edificios y guaguas en llamas, tiendas destrozadas y saqueadas...


Todo esto ocurrió a partir de que un policía disparó a un chico, aparentemente sin razón alguna, durante una misión contra unos crímenes acaecidos dentro de la comunidad negra. El chico murió a causa del disparo y, en contra de esto, cientos de jóvenes salieron a las calles a manifestarse. La revuelta llegó al punto de disturbios y acabaron con cientos de detenidos.

La noche siguiente, la noche del domingo, los disturbios se extendieron a otros barrios, no sólo a Tottenham, y las prisiones se llenaron de acusados. La "manifestación" continuó de la misma manera durante la noche del lunes.

Esta noche, se han desplegado unos 16.000 agentes en todo Reino Unido, a la espera de más brotes violentos.

_____________

A nuestros ojos, la verdad es que no hemos notado especialmente los disturbios. Se ve en los periódicos y la gente habla de ellos, pero lo único que hemos visto ha sido los coches patrulla de la noche anterior, cuando aún no sabíamos nada. Esta mañana vimos un Subway (restaurante de comida rápida de bocadillos) al que habían roto los cristales del escaparate; y esta tarde-noche, cuando volvíamos al hostal, vimos varias furgonas de la policía cargadas de agentes en la calle principal de nuestro barrio, Bayswater.

No hemos pasado por los barrios donde fueron los principales conflictos, pero de momento mi opinión personal (de Sonia) es que la prensa exagera demasiado. Leí un articulo donde decía que Londres es "una ciudad en guerra"... se las mandan. Ahora mismo en donde estoy estamos entre ordenadores, jugando otros al ajedrez, leyendo el periódico... La gente en la calle está tranquila y no se oye absolutamente nada más que los coches al pasar, igual que siempre.

A Walking Song


Ayer, Lunes 8 de Agosto, fue un día de una buena pateada.

Nos despertamos medio malos por el frío y la lluvia que habíamos pasado el día anterior. Josué tuvo que madrugar porque era su primer día de clase (ooooh). Tenía que hacer un examen de nivel para que lo situaran en un curso. Volvió al hostal después de unas pocas horas, trabado porque no le dio tiempo de terminarlo; estaba malo, recién levantado y hacía años que no daba inglés (excusas, excusas...)

Una vez llegó, salimos con la intención de ir a la Embajada española, situada en Chelsea. Por culpa de unas obras que están haciendo en el metro, no podemos coger dos de las líneas más concurridas (Circle y District Line - amarilla y verde respectivamente), que nos hubieran dejado allí en 1 minuto. Tuvimos que dar un rodeo enorme por todo Londres en metro hasta llegar a Chelsea.

Una vez allí en la Embajada, vimos que estaba cerrada. Según nos dijo el chico que nos atendió por el telefonillo "la Embajada siempre está cerrada".. ¡qué útil! A cambio, te ponen un cartel por fuera con varias direcciones a las que acudir para cada cosa. Apuntamos el Centro de Trabajo para ir uno de estos días.

Ya que estábamos allí, aprovechamos para ir al Hard Rock Café, situado cerca de la esquina suroeste del Hyde Park, que conecta prácticamente con Chelsea. He de decir que tardamos un buen rato en encontrar la manera de llegar al Hard Rock... no porque no lo encontráramos (lo veíamos perfectamente desde donde estábamos), sino porque no había un solo paso de peatones en Km a la redonda -.-"

Dentro, era extraño pasearse por esos pasillos tan estrechos mientras veías las guitarras, LPs, baterias, chaquetas de decenas de pedazos de artistas (The Beatles, Rolling Stones, Jimi Hendrix, Eric Clapton, Guns 'N' Roses, Black Crowes, Queen...), mientras a cada lado veías familias que estaban más absortas en comerse su comida (aunque ya me hubiera gustado a mí) que en apreciar tales joyas.

Josué con la guitarra de Queen (que no de Brian May), como la que se quería comprar Juanazo, y debajo, yo con la guitarra de Zakk Wylde.

Después de salir de allí, nos dimos cuenta de que nos había costado tanto encontrar un paso de peatones... porque en esa zona los pasos de peatones eran subterráneos. ¡Bien!

Decidimos ir a visitar la zona centro de Londres: Piccadilly Circus, Trafalgar Square y Covent Garden. Nos bajamos en la parada de metro de Piccadilly.


Josué (esa cosa azul en miniatura) en la escultura de Piccadilly Circus, como siempre, abarrotada de gente. Piccadilly es como la Puerta del Sol en Madrid o los Campos Elíseos en París: es el centro, donde la gente se reúne para salir. De hecho, a un par de calles por encima se encuentra la zona de bares (el Soho) de Londres.

Antes de seguir el camino, fuimos a un Tesco cercano y compramos chorizo y pan para hacernos un bocadillo en condiciones (puf!).

Por el camino hacia Trafalgar Square encontramos el M&M's World. Una tienda de nada más y nada menos que cuatro pisos de M&M. Vendían peluches, botellas, cajas de todos los tipos y formas... En uno de los pisos había paredes enteras con tubos enormes de M&M de distintos colores (desde negro, gris, blanco, hasta violetas de varias tonalidades, rosa...) tanto de chocolate como de manises, para meterlos en bolsas... *_*


El resto del camino estaba lleno de carteleras de los musicales y teatros que hay, que no son pocos: Wicked, el Rey León, Batman, El fantasma de la Ópera... Descansamos al llegar a Trafalgar, pues el camino no es precisamente corto. Desde allí pudimos ver de lejos el Big Ben y parte de Buckingham Palace. Y, como no, las fuentes y la enorme columna de Nelson de la plaza. La plaza de Trafalgar fue construida en honor a la batalla de Trafalgar, donde los británicos ganaron contra los franceses y españoles.


De allí fuimos a Covent Garden... Cómo no, nos perdimos antes de llegar. Acabamos llegando a orillas del río Támesis, y ahí fue donde nos dimos cuenta de que nos debíamos haber equivocado. Tras consultar el mapa y reorientarnos, fuimos a la plaza.

Antes de entrar en ella, de lejos, ya se oía música. Había un hombre haciendo tapping con la guitarra en la parte de fuera de la plaza. Covent Garden es conocido porque en los alrededores de la plaza y en el mercado que hay en el centro suelen reunirse muchos artistas callejeros: músicos, pintores, actores, esculturas humanas... Cuando visitamos el mercado del centro, había un quinteto de cuerda (violines, violas y cello) tocando, que se que a más de uno le sonará (eh, Má?). Y al lado, un restaurante que vendía platos de paella! *-* Tenían dos paelleras gigantes bien calentitas. Eso sí, el chico no paraba de revolver la que estaba cocinando ¬¬ En cuanto a los precios, atmosféricos.


Cuando nos íbamos, por fuera, vimos una actuación de circo de un chico que iba a hacer malabares con cuchillos sobre un monociclo muy muy alto. Se pegó media hora para preparar el número: que si dos voluntarios para agarrar el monociclo, un voluntario para subirle... Al final, valió la pena la espera: hizo los malabares con los cuchillos, no se cayó, y cuando ya parecía que había acabado, hizo los malabares con una sierra mecánica en marcha (a parte de los cuchillos).

Volvimos al hostal... y anoche por fin comimos algo en condiciones! Pollo empanado y arroz!

Estando en el hostal, en recepción, la gente estaba inquieta porque había varios coches de policía patrullando las calles. Anoche aún no sabíamos lo que estaba pasando ahí fuera...

Comentario de Jossepi:

Malo me hallo. Saludos a mi madre y gracias por los medicamentos xDD



Another [break] in the wall

Tenemos algunos días retrasados porque queríamos poner fotos de las cosas
que hemos visto, y el ordenador no está tan joven como para poder hacerlo rápido.

Así que empecemos por el principio, y volvemos al Domingo 7 de Agosto.

Este día es fácilmente resumible, así que lo haré en fotos:

Visitamos el Museo de la Naturaleza que dejamos pendientes del sábado.

Vimos la sección dedicada a los dinosaurios ( :S ), con recreaciones a tamaño real de cómo debía ser cada uno, y esqueletos reconstruídos a partir de huesos originales y huesos recreados.


Luego visitamos la sección "What are we made of?", sobre el cuerpo humano.

Le hicimos compañía a Simba...

...a Perry el Ornitorrinco...

...y a Pumba!

Al terminar de visitar todo el Museo (animales marinos, elefantes, jirafas, mammuts,...), queríamos dar una vuelta, o bien ir hasta el Big Ben caminando o bien seguir viendo museos... Sin embargo, estaba lloviendo fuera así que optamos por la opción más recomendable: volver al Queensway, comer algo, y dormir plácidamente toda la tarde, que ya hacía falta.