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Freebird

sábado, 20 de agosto de 2011


¡Buenas noches!

Tenemos algunas cosas atrasadillas en el blog... a ver si nos ponemos al día de una vez. De momento, volvemos al viernes 19, ayer.

En clase, a Jossepi le ascendieron! Ahora está un nivel por encima, empieza el lunes con su nueva clase.

Tras esta gran noticia, empezamos el recorrido que planeamos para ese día. Nos hemos hecho un calendario con los días que nos quedan aquí, y a cada día le hemos puesto un recorrido, para que nos de tiempo de ver todo lo que nos queda.

Así, ayer fue nuestra última visita (o al menos, última visita programada) a Hyde Park. Fuimos para ver las cosas que se nos habían quedado ver las otras veces que fuimos. Nos paramos en la parada de Marble Arch para ver el arco. Nos esperábamos un arco de colores, porque en las paredes del metro de esa parada hay unos arcos hechos con mosaicos de colores. Sin embargo, el Marble Arch, como su propio nombre indica, es un arco de mármol. Blanco.

A parte de eso, vimos una escultura gigante de la cabeza de un caballo y otra de unos machangos sonrientes de colores, que parecían golosinas *_*

De ahí fuimos al Speaker's Corner, un lugar en la esquina noreste del parque que es conocida porque se permite a cualquiera hablar en público. Todo empezó por unos disturbios que generaron grandes protestas durante varios años, y que una de sus premisas era el "derecho a hablar". Así, poco a poco, se estableció el Speaker's Corner como una zona donde la gente discute y hace discursos.

Sin embargo, el Speaker's Corner no es nada en concreto. Es una zona peatonal en esa esquina del parque. Para ver lo que es realmente deberíamos ir un domingo y coincidir con alguien que esté hablando, pero un día cualquiera es simplemente una acera del parque. A parte de eso, hay una cafetería.


Caminamos desde allí hacia la Serpentine Gallery, una galería de arte que hay cerca del río que cruza el Hyde Park. Antes de llegar, vimos el Princess Diana Memorial Fountain, una "fuente" -si se le puede llamar así- en memoria de Lady Di. Lo habíamos visto una vez, pero estaba cerrado. Ayer, que era un día soleado, estaba precioso. Lleno de niños corriendo y mojándose, con el césped y el agua brillante. La fuente es realmente una especie de riachuelillo artificial en forma de círculo, con zonas en bajada, zonas más hondas... Decidimos ir allí a comer después de ver la galería.


En la Serpentine Gallery vimos una exposición curiosa sobre distintas religiones. Consistía en un camino marcado por tubos de cartón, que te llevaban a unos espejos, frente a los cuales había distintos lugares de oración de las distintas religiones. Por ejemplo, frente a un espejo había una alfombra mirando hacia la Meca; en otro espejo había una figura de buda tocando su reflejo...

Volvimos a la fuente, y después de comer, nos decidimos a dar la vuelta entera por la fuente. Nos quitamos los tenis y nos metimos dentro (el agua llegaba hasta los tobillos, un poco más arriba). Estaba congelada, a veces hasta dolía. Hicimos todo el recorrido, tanto en bajada como en subida. Había un tramo donde el agua llegaba a los muslos. Fue divertido, había un montón de gente y de niños jugando por todos lados, y con el Sol que hacía, estaba rico.

Esperamos a que se nos secaran los pies, y fuimos a Kensington Palace, un palacio situado dentro del parque. El palacio está actualmente de reformas, pero parte de los jardines se pueden ver. También hay una zona del edificio donde se puede entrar -pagando-, y tienen una atracción montada dentro. Se trata de una especie de palacio encantado, y aunque nos llamaba un montón la atención, no pudimos entrar. Todo pintaba bonito, se trataba de encontrar siete princesas dormidas dentro del palacio, y el palacio estaba encantado: había árboles secos, cuervos, relojes y todo muy oscuro...

Por fuera, pudimos jugar un poco con las ardillas. A Jossepi se le acercan normalmente, pero de mí huyen.

De allí partimos hacia Piccadilly Circus.El segundo plan para el día era ver el Soho. El Soho es realmente la zona de bares de Londres, pero tiene también la curiosidad de que una zona de él es Chinatown, unas calles que bien podrían ser de cualquier ciudad China.

Todas las tiendas de esas calles son chinas; los letreros, de hecho, están en chino (bueno, en mandarín, para ser correctos). Desde supermercados y restaurantes hasta peluquerías y tiendas de juguetes. Tienen arcos como los de la foto, y estatuas típicas en algunas partes.

Pasamos la tarde paseando por allí, hasta que finalmente volvimos a casa.

Allí, nos preparamos unos Fish&Chips caseros. Habíamos comprado el pescado y las papas en el supermercado. Supongo que no sabrán igual que los que hacen por ahí, pero estaban bien.

Y hasta aquí el día de ayer.

¡Tenemos que subir fotos de la casa!

Mañana sin falta... xD

¡Buenas noches!

Singing in the rain

viernes, 19 de agosto de 2011

¡Hoooola!

Ayer, tal y como predijeron los hombres y mujeres del tiempo, fue un día lluvioso. Como Jossepi es previsor, lo había leído en el periódico y es por ello que decidimos ir al British Museum, de nuevo.

A pesar de las predicciones, cuando fuimos para allá aún estaba bueno el día (bueno, relativamente, con que no caigan gotas ya lo podemos llamar bueno).

Visitamos todo el primer piso del lado este del museo, que era el que nos faltaba. El piso de la India, aunque precioso, era bastante monotema, y todo eran figuras de los Dioses, tanto del hinduismo como del budismo. Había figuras de Buddha, Shiva, Parvati... y muchos más... De vez en cuando encontramos algunas joyas o monedas antiguas.

(Esta foto es de la vez anterior que vinimos, que solo pudimos ver esta figura, que está en la entrada)

La zona dedicada a China seguía el estilo monotema de la India; y la mayoría eran jarrones de porcelana. Encontramos también varias armaduras y figuras de Dioses.

Tras ver este primer piso, fuimos a comer. Y fue a partir de aquí que no paró de llover. Fuimos bajo la lluvia hacia el Tesco que hay cerquita del museo a comprar refrescos, para volver corriendo y comérnoslo dentro del Museo, resguardados.

Después de comer fuimos a ver las salas de Japón, que eran las que más nos intrigaban. De todas las que vimos hoy, de hecho, fue la que finalmente más nos gustó, pero se nos quedó corta. La zona constaba de cuatro salitas, donde había recreaciones de las casas típicas japonesas, armaduras de los samurai, obras de arte desde las pinturas antiguas y kanji, hasta cómics manga, máscaras del teatro No... Era bastante variado, y bastante bonito.


Cuando acabamos de ver todo el ala este, no sabíamos adónde ir. Mirando el mapa, nos propusimos ir a Green Park, un pequeño parque cerca de Buckingham Palace. Sin embargo, cuando fuimos a salir de museo, vimos que estaba lloviendo todavía más fuerte, y con bastante más frío.

Íbamos de camino al metro, para volver a casa a resguardarnos, cuando decidimos aprovechar la lluvia y el frío para tomarnos nuestro primer café en condiciones en Londres. Pasamos por el Starbuck's y el Costa, pero al final nos quedamos en el Caffe Nero, que era más barato y olía igual de bien.

Descansamos pasando el rato allí, haciendo un poco el tonto con el azúcar y los posos del café. Cuando ya estábamos bien calentitos, volvimos a casa.

El plan para hoy: visitar lo que nos queda en Hyde Park y el Soho!

¡Buen día!

In the city

jueves, 18 de agosto de 2011

¡Buenos días!

Ayer, miércoles 17 de Agosto, nos levantamos una vez más aquí en Acton. Seguimos sin tener sábanas, y tal como nos hemos montado las camas parece que estemos de acampada por ahí. Sin embargo, se duerme bien; a pesar de que fuera hace frío -Acton es tipo La Laguna, frío y húmedo-, dentro de la casa se está bien.

Jossepi volvió a llegar tarde, esta vez porque probó un nuevo camino hacia el metro y acabó perdido. La profesora esta vez sí que estaba allí, así que no se libró.

Después de sus clases, fuimos a ver la City.

La City es una zona de Londres donde están todos los edificios modernos; edificios de empresas y oficinas... Son todos altos y de cristal, cómo no. (Esta foto no es nuestra, por si acaso xD)


Además de todos estos edificios, en la City está la Torre de Londres. Se trata de una especie de fortaleza donde se guardan y exponen las joyas de la corona real inglesa. Es muy bonita, de piedra, con jardines muy verdes. Y esto fue lo primero que vimos nada más bajarnos del metro, aunque de lejos.

Vimos también un reloj de Sol un poco inútil, teniendo en cuenta que en Londres casi siempre está nublado. Pero bueno, era bonito.

Antes de pasear por la City decidimos ir a comer, y nos paramos en el primer murito que encontramos, que resultó estar justo en frente de un baño público (ñam!). En lo que estábamos allí vimos cómo los ejecutivos salían de sus edificios acristalados e iban al Tesco, Prêt... a comprar sus sándwiches para comérselos en cualquier escalera, tal como nosotros.

Cerca de donde comimos estaba The Monument, una laaarga torre construida tras la reconstrucción de la ciudad tras el Gran Incendio, para celebrarlo.


Después, paseamos por la Torre -aunque sin entrar, que ya veremos si algún día entramos.

Pasamos por el Tower Bridge, un puente levadizo construido en el siglo XIX. El puente destaca por las dos altas torres que tiene a cada lado.

Tras cruzar el puente, decidimos coger una guagua para dar una vuelta por la ciudad. Además, Jossepi nunca se había subido en una guagua de dos pisos (y menos en una guagua roja de dos pisos), así que esperamos en una parada cercana.

Hay una línea, la 15, que va justo desde la City hasta Oxford Circus, pasando por todos los sitios importantes de esa zona: St. Paul, Piccadilly, Trafalgar...

Cogimos esa línea y conseguimos sentarnos en primera fila del segundo piso. La guagua en dos paradas se llenó: había gente de pie en todo el pasillo. Y casi el 80% de los que estaban dentro seguramente habían entrado para lo mismo que nosotros.

Sinceramente, después del recorrido que hicimos en la guagua, todavía no entiendo por qué la gente paga 20 y 30 libras por subirse en las guaguas de los Tour. La guagua pública cuesta 1 libra y te lleva a los mismos sitios, con las mismas vistas. Y hace las mismas paradas, en realidad, porque en todas las zonas importantes hay gente que se sube o se baja.

Las vistas desde allí eran bastante mejores que a nivel de suelo, pero vimos las cosas de pasada.

Una vez nos bajamos en Oxford Circus, cogimos el metro hacia casita. Queríamos volver temprano para poder hacernos una cena decente y para ver el partido Barça-Madrid. Nos hicimos unos spaghetti a la boloñesa cosa wena, y luego pasamos el rato hasta el partido. Como no tenemos televisión aquí en la casa, tuvimos que ingeniárnosla con el ordenador... y de los 45 minutos de la primera parte vimos 20 o así; entrecortado, se caía la página.... bleh. Hasta que encontramos una buena página, fue horrible ver el partido.

Y así, se nos hicieron las 12 y pico de la noche.

Hoy no sabemos dónde iremos, posiblemente al British Museum a terminar de ver lo que dejamos: Japón, China, Australia...

Intentaremos sacar fotitos de la casa hoy para subirlas mañana.

¡Buen día!

Come together

miércoles, 17 de agosto de 2011

Ayer martes 17 de Agosto, cambiamos nuestra rutina.

Jossepi tenía que ir a clase por primera vez desde aquí, en Acton. Llegó veinte minutos tarde a clase porque no calculó el tiempo desde la nueva parada, que es bastante, bastante más lejos. De todas formas, la profesora estaba mala así que no pasó nada.

Para que no perdieran el tiempo, les llevaron de excursión a la Tate Modern Gallery, a la que nosotros ya habíamos ido una vez hace tiempo -aunque no vimos apenas nada. Estando allí, dentro de una de las salas de exposiciones, Jossepi creyó reconocer a un hombre como Figo, el ex-jugador del Barça y del Madrid -entre otros. Al final, cuando se dieron cuenta de que realmente sí era Figo, ya todo el mundo se había dado cuenta, por lo que no pudo sacarse en ese momento una foto con él (además de que por lo visto Figo ponía cara de que no tenía ganas de fotos). Sin embargo, más tarde, él y otro amigo de la Academia lo encontraron por otro lado y consiguieron la foto (que aún no está disponible, pues la tiene el otro chico).

Después de este suceso, nos encontramos en la parada de siempre: Chancery Lane.

Decidimos ir a ver Baker Street y los alrededores. Ya habíamos estado allí también, una vez para ver un piso; pero aquella vez estaba lloviendo y pasamos de largo. Aquella vez Jossepi se quedó con que había una tienda de merchandising de grupos, así que fuimos a buscarla. La tienda era bastante cara, y el dueño parecía obsesionado con Pink Floyd y The Who...

De allí, ya con hambre, fuimos al Regent's Park a comer. El parque está situado por encima de Baker Street, y es un poco más pequeño que el Hyde Park (aunque tampoco mucho más).

Hicimos un poco el mono... (he de decir que para esta foto me expuse a picaduras de abeja)

...un poco el vago...

...y dando un paseíto.


Vimos cómo a una mujer se le caía el carrito de bebé (sin el bebé dentro, por suerte) a un laguito del parque. La gente fue a ayudarla para sacarlo, pero estaba ya todo mojado. El bebé (que ya sabía caminar) se echó a llorar del susto.

Jugamos con las ardillitas del parque, que son más sociables que las del Hyde Park. Se dejaban acercar hasta el punto de que te olisqueaban las manos.

El parque era precioso, lleno de florecillas, y caminos que se perdían entre los árboles... Jossepi hizo una comparación que describe bien los dos parques "Hyde Park es como La Granja, y Regent's Park como el García Sanabria". Parecía el jardín de la Reina de Corazones del País de las Maravillas... y es que el parque es en honor a Queen Mary.

Una vez terminado de ver parte del parque (la zona de los jardines, porque hay canchas de baloncesto, fútbol, y mil cosas más), cogimos unas bicis de alquiler y fuimos en busca de Abbey Road, que relativamente quedaba cerca.

Tras pedalear durante un ratito -ya más cómodos en las carreteras londinenses- llegamos al paso de peatones de los Beatles.

Era inconfundible, porque había mucha gente apelotonada para sacarse la foto. Cada vez que más o menos no venían coches, pasaba un grupo de personas para que les sacaran la foto. Nosotros conseguimos nuestras fotos (por separado.. conseguimos una los dos pero es una cagada), tras esperar durante muuuuuuuuuuuucho rato: siempre pasaban coches, era una calle concurrida, y si no pasaban coches, se te colaba otra gente en la foto. Jossepi se estresó con la cantidad de gente que había, y por no poder sacarse una foto bien. Pero bueno, al fin lo consiguió.


A parte del paso de peatones, estaban los estudios donde grabaron el disco, a un par de pasos de allí.

Después de todo ello, y de devolver las bicis, volvimos a Acton. Había gente en la casa, bastante movimiento, pero no hablamos con ninguno. Cocinamos unos spagetti de sobre con champiñones y vimos Sweeney Todd (que a Jossepi le había entrado el mono desde que fuimos a la calle Fleet)... o al menos, vimos parte, porque se quedó dormido... aún nos queda parte de la película por ver.

Y así, nos fuimos a mumir.





Home sweet home

martes, 16 de agosto de 2011
¡Buenos días desde nuestra nueva casita!

Nos instalamos aquí ayer a eso de las 2 p.m., después haber conseguido encajar las maletas en la guagua.

Ya he descrito la casa por encima, pero ahora lo haré con un poco más de detalle, y en cuanto podamos subiremos alguna foto.

La casa tiene una entrada típica de aquí con un mini-jardín (que normalmente tienen lleno de basura, por lo que veo). La casa por dentro tiene dos pisos: en el primero está la cocina-comedor, que es bastante grande. Tienen tres neveras, una para cada habitación, y un montón de armarios. En ese piso también está la sala de fiestas -que siempre tiene la puerta cerrada- y la de los niños. Hay un patio, pequeñito, pero muy bonito, con una mesa para estar allí.

El piso de arriba tiene las habitaciones y un baño. Nuestra habitación es más o menos grande, con dos camas, y un mueble de armario grande. Tenemos una ventana por donde entra un montón de luz, que da al patio, y un cuadro de una orquídea. Lo único malo (y bastante malo): no tenemos sábanas, ni almohadas. Hoy hemos dormido con unos sacos de dormir que Monika nos prestó.

La casa tiene bastantes normas: dejar la puerta de la habitación cerrada, no dejar objetos personales en las zonas comunes (baño, comedor...), bajar la tapa del váter siempre que se use... Monika nos dijo una serie de cosas que no podemos usar (por ejemplo, podemos usar todos los cacharros que queramos excepto una sartén concreta, que es de ella personal).

Todavía no tenemos muy claro quién vive en la casa. Por el momento sabemos que viven:

-Monika, la dueña de la casa. Es polaca, jovencita (tendrá unos treinta y pocos), muy blanca y con el pelo castaño. Tiene dos hijos, una niña de unos 4 años y un niño de 1-2 años. Monika está embarazada de un tercer niño.

-Darek es el marido de Monika. Lo hemos visto sólo una vez; es blanco y rubio, y no sabemos si es polaco o inglés o qué. No está mucho por casa.

-Arthur es un chico más jóven, de unos veintilargos, gordito y alto. Es al primero que conocimos a parte de Monika y los niños. No sabemos nada de él, salvo que le gusta el metal (cuando le conocimos tenía puesto el móvil con música cosa wena). Arthur vive en frente de nuestra habitación con su novia -que no sé el nombre. La novia es muy parecida a él.

A parte de todos ellos, hemos visto a más gente por la casa, pero no se si son amigos o viven aquí. Vimos a una mujer rubia y a otro chico.

Ya hicimos la compra, y por fin empezaremos a comer cosas un poco más decentes (sobre todo en las cenas, que es cuando podremos cocinar). Por el momento no sabemos dónde están los fósforos para encender el fuego... pero lo averiguaremos.

Los supermercados de aquí destacan porque venden casi más comida preparada que comida normal. De todas formas, venden millones de cosas, para no ser tan grande como Alcampo o cualquiera de esos. Por ejemplo, vendían un montón de tipos de colacaos (de chocolate blanco, chocolate con menta, chocolate con avellanas, fresa, plátano...). Encontramos también latas de carne SPAM.

Bueno, ayer pasamos el día en eso: colocar las cosas, comprar, establecernos... Comimos en el KFC, y a Jossepi le gustó bastante.

De momento todo va bien aquí en la casa nueva, espero que todo siga así. Creo que de todo lo que llevamos aquí en Londres, con Monika es con la que más hemos hablado en inglés.

Hoy seguiremos visitando sitios de Londres que nos quedan (hoy iremos a Baker Sreet y a Abbey Road *-*), pero ya estamos planeando ir a ver sitios fuera de aquí, a ver si salen...

¡Buen día!

Our house in the middle of the street

lunes, 15 de agosto de 2011

¡Hoy, nos despedimos del hostal!

Para nosotros es como empezar una nueva etapa: por fin tendremos nuestra propia habitación, por fin podremos sacar la cosas de las maletas, por fin podremos hacer una compra decente y tener un armario y una nevera donde guardarla...

Antes de irnos, queríamos dedicarle un post a estas dos semanas que hemos estado aquí.

He aquí nuestra habitación:

La litera de arriba es donde dormía yo y la de abajo donde dormía Jossepi. Abajo, a modo de muralla de la cama de Jossepi, estaban nuestras maletas. Detrás de Jossepi se ven las listeras de algunos de nuestros vecinos.

Estas son las camas que más cerca nos quedaban, justo en frente de las nuestras (la foto de la derecha). Detrás y a un lado había otras dos literas más, una gran ventana, y este bonito lavabo.


























Las tortuosas escaleras por las que tuvimos que subir y bajar las maletas, y obviamente, subir y bajar todos los días. Cuatro pisos con escaleras de dudosa estabilidad.

Ésta es la cocina donde tantas cosas raras vimos, y donde desayunábamos y cenábamos todos los días.


































Y éstos los dos comedores: la sala de la televisión y el comedor en sí, que constaba de dos partes: una pequeña salita con mesas y neveras, y otra sala con una barra americana. Habían huecos en las paredes que daban con la cocina, así que era fácil pasar los platos de un lado a otro.





















Las dos salas donde nos podíamos conectar: la primera, donde pasamos más tiempo, es parte de la recepción y veías a la gente entrar y salir y pedirles cosas a los recepcionistas. La otra, que descubrimos más tarde, era silenciosa y tranquila: la gente iba a leer, conectarse...
































Además, queríamos hacer un recuento de la gente con la que hemos compartido o bien habitación o bien el hostal:

En la primera habitación:

-Un par de italianos ruidosos que fumaban en la ventana de la habitación.
-Un chico que al día siguiente era chica y luego volvió a ser chico (nunca nos pusimos de acuerdo, cuando estaba acostado parecía un chico, luego parecía una chica, otro día en la cocina volvió a parecer un chico...)
-Un par de chicas que se despelotaban en la habitación como si no hubiera nadie.
-Un chinito que estaba en la litera de más abajo de la nuestra (estas literas eran de 3 pisos), que abría y cerraba la gaveta que tenía justo debajo todo el rato, moviendo toda la litera.

En la segunda habitación (en otro hostal):

-Dos chicos de idioma desconocido (no estamos seguros de que sea alemán, pero puede ser un idioma similar), que solían reunirse con una rubia de otra habitación y pegarse hasta las tantas hablando.
-Dos chicas que un día salieron de fiesta xD No sabemos mucho sobre ellas, salvo que los otros dos chicos las intentaron ligar, sin éxito.
-Un chico con un sombrero.
-El chico de encima del del sombrero, que siempre se acostaba el primero y se despertaba antes que nadie.
-El día que nos fuimos de ese hostal, la habitación estaba ocupada totalmente por chicas, excepto un chico, pero a ninguna las llegamos a conocer.

En la tercera habitación (de vuelta en el primer hostal):

-Dos negras simpáticas, una de ellas por la tarde-noche siempre estaba leyendo, y la otra, durmiendo.
-Una chica rubia que ha estado en la habitación desde que llegamos hasta que nos hemos ido. Por las noches nunca la veíamos, se acostaba tardísimo.
-Un catalán, con el cual habíamos coincidido en el otro hostal, y al cual se lo llevó la policía aquella vez.
-Dos finlandeses-noruegos, o de algún lugar por esas zonas. Típicos metaleros del norte, rubios de pelo largo con barbas.
-Dos españoles que nos confundieron durante dos días con guiris, y nos hablaban en inglés, a pesar de que nosotros les saludábamos diciendo "Hola" o "Buenos días".
-Dos chicas angloparlantes que nos saludaron efusivamente cuando nos conocieron. Un día salieron de fiesta y volvieron a las mil.
-Una rubia silenciosa.
-Un inglés extraño, que solía cantar canciones raras, hablar en voz alta con sí mismo y sonreír con sonrisa misteriosa. Éste hombre nos daba miedo. Solía meterse en las conversaciones y deambular por el edificio. Otro dato misterioso: los primeros días, en su ficha del hostal, se llamaba Rayman... otro día, cuando lo actualizó (porque se iba a quedar más tiempo) se llamaba Harib 8 (¿8?)

Gente con la que nos hemos cruzado fuera de la habitación:
-Un negro con rastas, fan del Liverpool. Nos lo encontrábamos siempre en el ordenador cuando nos conectábamos.
-Un chinito alto y alargado, que siempre estaba conectado en el ordenador, y que estuvo durante una semana y media en el hostal.
-Un grupo de 500.000 machupichus.
-Unos argentinos escandalosos y pesados.
-Un italiano que siempre pedía cosas a la gente (a nosotros, el ordenador; a otros, el teléfono...)
-Dos catalanas que se la cogieron viendo el partido del Madrid-Barça y grabaron vídeos muy extraños.
-El andaluz que gritaba durante el partido.

Ahora, a ver con qué nos encontramos en la nueva casa de la polaca.

Vamos para allá.

¡Buen día!

I want to ride my bicycle


¡Buenos días!

El plan para ayer era visitar el Cartoon Museum, así que, tras aprovechar parte de la mañana durmiendo, partimos hacia allá. El Cartoon Museum está una o dos calles por debajo del British Museum, tal como vimos en uno de los mapas que había a la salida de la parada de metro de Tottenham Court Road. Otra cosa que pudimos ver en ese mapa es que el museo de dibujos animados era bastante, bastante, bastante pequeño. Igualmente, teníamos intriga por saber como era ese museo, así que fuimos para allá.

Esta vez no nos perdimos y llegamos en tiempo récord. Pero cuando vimos qué era realmente el museo casi preferimos habernos perdido. El museo no era más que una tienda de cómics (cómics antiguos y-como mucho- cómics de DC), que tenía en ese pequeño edificio una exposición -o a saber qué. La cosa es que el edificio era enano, tendría dos o tres pisos, pero muy pequeños; y el primer piso estaba ocupado por la tienda. Además, la entrada costaba 3 libras, así que preferimos no pagarlas, ya que el museo no pintaba para nada bien.

Salimos de ahí sin un plan, y tras consultar el mapa, decidimos ir a visitar durante el resto de la mañana la Oxford Street, que nos habíamos dejado hacía un par de días por la lluvia. Además, confirmamos nuestro plan de coger las bicicletas a la tarde, ya que hacía un día espléndido.

Pasamos horas y horas en la Oxford Street. No recuerdo si lo puse ya, pero se trata de una calle muy muy larga con muchísimas tiendas, todas a lo grande.

La primera tienda -que comparada con las demás, era pequeña- que nos dejó atontados fue una graaaaaaaan tienda de chocolates y golosinas. Había golosinas de todos los tipos y colores, y chocolates, caramelos... No pudimos comprar nada porque era bastante caro, pero nos consolamos probando un toffee de chocolate y menta que había en el mostrado.

Descubrimos que el equivalente a las tiendas de los chinos de Tenerife son aquí las tiendas de los hindú, y que en vez de vender ropa barata y juguetes electrónicos con luces, aquí venden trajes góticos, botas Dr. Martens y maletas. A cada lado había tiendas así, que entrabas y no paraban de preguntarte "Can I help, please? Españoles? Les ayudo? Les bajo algo? Quieres probártelo?". Así, salíamos espantados en cada tienda de esa que entrábamos.

Luego entramos en Charts, una tienda de discos, películas y libros gigante. Tenía un gran piso para cada uno. La parte de discos tenía de todos los grupos que quisimos encontrar, y, además, tenía una zona de camisetas oficiales de grupos con bastantes buenos grupos. Los precios tampoco eran caros, así que algún día volveremos por allí. También tenían una zona de objetos curiosos: altavoces con forma de amplificadores, mini futbolín, auriculares con forma de ruedita del volumen... y muchas cosas más.

Saliendo de allí quisimos comer, y a Josué le apetecía probar el KFC (un restaurante de comida rápida donde todo lo que venden es con pollo), así que caminamos por allí en busca del primer KFC que encontraramos. Caminamos, y caminamos... Y pasamos mil McDonald's y otros tantos Starbucks' pero KFC, ni uno. Hartos y con mucha hambre, nos metimos en el siguiente McDonald's que encontramos.

Descubrimos que aquí todas las salsas en McDonald's, Burguer King... son gratis *_* Así que acompañamos la comida con salsa barbacoa... ñam...

Visitamos una tienda Disney, bastante adorable. He de decir que aunque ésta era más grande, la Disney Store de Añaza no tiene tanto que envidiarle, salvo algún que otro detalle de decoración.


Ya cansados de tanta tienda, tanta gente y tanto todo, decidimos ir a buscar las bicis.

En Londres hay en cada par de calles del centro unos aparcamientos de bicis que puedes alquilar. Son muy muy baratas, y muy muy útiles. Cuestan tan sólo 1 libra al día, o bien 5 libras la semana, o 45 libras al año. Cogimos unas en Gloucester Road, una zona que está por debajo del Hyde Park, y de allí pedaleamos por las calles en busca del estadio del Chelsea F.C.

Nos costó adaptarnos a "conducir" por las calles de Londres. Está todo pensado, en las calles suele haber o bien un carril, o bien suficiente espacio, habilitado para las bicis. Casi parece un delito ir con la bici por la acera, así que preferimos jugárnosla por la carretera. El problema es que allí todo es al revés, conducen por la izquierda, y a menudo acabábamos en dirección contraria.

Tras pedalear bastante rato, y mirar un par de veces el mapa, llegamos.

Llegamos primero a la parte de atrás del estadio, y no nos dejaron acercar las bicis hasta el propio estadio. Teníamos que dejarlas en un aparcamiento, solas. Nos daba bastante cosa, además que desde donde estábamos, lo que veíamos de estadio era una cagadilla. Decidimos seguir dando una vuelta por allí a ver si encontrábamos algo mejor, y lo encontramos: llegamos a la verdadera entrada del estadio.

El chico de seguridad nos dijo primero que dejáramos las bicis en el aparcamiento de la parte de atrás, pero luego se compadeció de nosotros y nos dijo que las dejáramos a un lado para sacarnos algunas fotos.

Así hicimos, Josué lo vio un poco por fuera, y se enmonó con verlo por dentro. Tal vez algún día podamos ir a verlo.

Seguimos con nuestro paseo en bici y, como empezaba a atardecer, decidimos volver a Bayswater con las bicis, que en la entrada al Hyde Park hay un aparcamiento de estos. Recorrimos el Hyde Park en un momento, comparado con cuando vamos caminando.

Al llegar al aparcamiento, vimos que estaba totalmente lleno. No había ni un solo hueco para poder aparcar las bicis. Esperamos durante un rato a ver si a alguien le daba por sacar unas, y así meter las nuestras. Un grupo de españoles iban a sacar unas, pero al final -por X razón- se echaron atrás. Tras esperar y esperar, y ver que un montón de gente se acercaba a la máquina para luego irse, descubrimos que la máquina estaba rota, y que por ello la gente no había sacado ninguna bici.

Una chica nos dijo que había otro aparcamiento cerca, nos indicó dónde. Sin embargo, ese también estaba lleno. Seguimos así, hasta el siguiente aparcamiento, y, por fin, pudimos dejarlas.

Josué estaba estresado, porque jugaba el Madrid contra el Barça y no se lo quería perder. Compramos refrescos y porquerías para ver el partido, y corrimos al hostal para verlo. Probamos a verlo en el portátil, pero no conseguíamos ver la transmisión en directo de RTVE, así que bajamos a la sala de la TV a ver si lo habían puesto. Y, efectivamente, allí estaba un montón de gente viendo el partido.

Fue divertido ver el partido con tanta gente, había tanto del Madrid como del Barça, y otra gente que les daba un poco igual.

Teníamos un andaluz forofo del Barça que se volvía loco con cada falta que hacía el Madrid; otro grupo de catalanas que, a pesar de pescar en fútbol, animaban al equipo a cada rato; un negrillo angoparlante que se estresaba cada vez que el Madrid no marcaba... etc.

Tras ver el partido, fuimos a pasar nuestra última noche en este hostal.

We will rock you

domingo, 14 de agosto de 2011


¡Buenos días!

Ayer, sábado 13 de Agosto, nos despertamos un poco más tarde de lo normal, debido a que Josué no tenía clase. De todas formas, no podemos despertarnos muy tarde porque a las 9:30 cierra el desayuno del hostal.

Una vez desayunados y preparados, partimos hacia el British Museum.

Cuando salimos de la parada de metro nos encontramos justo en frente de un teatro donde está instalado el musical We Will Rock You de Queen. La fachada del teatro estaba decorada con las letras de Queen y carteles del musical, y en lo alto de la entrada había una estatua gigante de Freddie Mercury. La pared detrás de la estatua tenía como una pantalla con pixeles que brillaban, amarillos, naranjos, blancos...

Entramos a ver los precios y salimos espantados con las mismas (el más barato costaba 30 libras y eran las dos últimas filas de todas, de ahí, a 65 libras que era la más cara).

Seguimos caminando hacia el museo, y llegando a un cruce, nos paramos a mirar el mapa para no perdernos como de costumbre. Josué encontró en el mapa, cerca de donde nos encontrábamos, el Cartoon Museum, un museo de dibujos animados, y se empeñó en que quería ir a ese y no al otro. Sin nosotros haberle dicho nada, un señor que nos vio sacar el mapa nos dijo "El British Museum está por allí" y nos señaló en su mapa el camino. Fuimos por ese camino y, en dos minutos, llegamos al museo.

El British Museum es el museo donde se exponen muchísimas de las esculturas de las Grecia y Roma antiguas (como las esculturas que adornaban el Partenón), muchísimas otras de Egipto, de los etruscos, Siria, África, Japón... Hay muchísimo conflicto con todos los objetos que Inglaterra tiene en el museo; muchos consideran que Inglaterra robó los objetos y ahora éstos deberían ser devueltos. Por otro lado, otros piensan que deberían permanecer allí para poder ser conservados (pues en sus países originales no los cuidarían tanto como aquí).




















El museo, al menos a mi parecer, está bastante desordenado. Entrabas viendo la zona de los egipcios y cuando te ibas a dar cuenta estabas mirando grabados de Siria; te juntaban Grecia con Roma en la misma sala. Parte de Egipto estaba en el piso de abajo y otra parte en el piso de arriba, y así... En un principio intentamos seguir un orden, pero al final pasamos y vimos las cosas tal como estaban.

Entre la zona de las momias vimos la momia de Cleopatra:


A parte de estos objetos, también había otro tipo de exposiciones: en una sala vimos una exposición de monedas de todo tipo; antiguas, modernas, de muchos países diferentes... hasta había monedas de Harry Potter. Había dos maquinas, una donde se hacían los billetes de Inglaterra (con un modelo de un billete de 1L), y otra para reducir el tamaño del molde de las monedas: primero hacían el dibujo de la moneda en grande y con esa maquina iban reduciendo el tamaño hasta el tamaño de la moneda como debía ser.

Otra de las exposiciones que había era de relojes: había relojes desde los más antiguos hasta los más modernos, de un montón de formas distintas. Había relojes de bolsillo, de pulsera, de pie...
Vimos un reloj pequeño que era para ponérselo de anillo; otro reloj que era de 24 horas, en lugar de 12; un reloj gigante con forma de galeón que cuando da la hora se supone que comienza a caminar con música, y lanzando fuego de los cañones que tiene. Otro reloj contaba los minutos con una bolita que bajaba siguiendo un caminito.

Cuando terminamos de ver el ala oeste del museo, los dos pisos, decidimos hacer un parón para ir a comer.Cómo no, buscamos el Tesco más cercano y comimos con el menú de 2,5L en un parque cercano (Londres está lleno de parques).

Luego, volvimos con la intención de ver el resto del Museo (África, Australia y Asia). En la primera planta, vimos una exposición extraña sobre la cantidad de pastillas y medicamentos que tomamos durante nuestra vida. Se trataba de dos mallas larguísimas con pastillas colocadas dentro. Una malla correspondía a la vida de un hombre y la otra de una mujer; desde que nacieron hasta el día de hoy.

Además, había tótems, trajes de esquimales... En la sala sobre África había varias esculturas hechas con armas que habían encontrado después de las guerras. Además de máscaras, figuras... Cuando íbamos a entrar en la sala asiática, dieron el aviso de que el museo iba a cerrar.

Aún nos quedaba poco menos que medio museo por ver, así que nos queda pendiente una segunda visita al British.

Eran las 6 aún, así que decidimos ir a ver algo más. Quise darle una sorpresa a Josué llevándolo, sin que el supiera adónde, a Logan Place, pero el muy cabezón no me dejó llevarle sin decirle adónde. Así, tuve que decirle que podíamos ir a ver la casa de Freddie Mercury.

Cogimos el metro hasta allí, en Earl's Court, y buscamos la calle, Logan Place. Cómo no, antes de llegar nos perdimos, ya que nos saltamos la calle sin darnos cuenta. Finalmente, llegamos allí.

Y aquí es donde Freddie Mercury vivía.


Normalmente, las paredes y la puerta suelen estar llenas de pintadas de la gente que ha ido y escribe mensajes hacia él. Sin embargo, se ve que hacía poco que las habían limpiado. La puerta estaba intacta, y las paredes limpias. Además, habían colocado paneles de cristal en las paredes cercanas a la puerta para que la gente no pudiera escribir en la piedra. Lo que la gente hacía era escribir mensajes en los papeles y colarlos entre el cristal y la pared. También había mensajes escritos en la línea amarilla de la carretera. "We are the champions", "Somebody to love" "Freddie, we love you"... Había una rosa al lado de la puerta.

La casa estaba fortificada: vallas altísimas, cadenas con pinchos, otras vallas más atrás... Era imposible ver nada, salvo el muro de fuera y parte del tejado.

Antes de irnos, dejamos nuestro propio mensaje escrito en la línea amarilla de la carretera:

El camino de vuelta lo hicimos tarareando canciones de Queen.

En el hostal, volvimos a ver otra pandilla de pescosas en la cocina. A parte de no saber que daban los cacharros, platos, y cubiertos en la recepción (porque estuvieron investigando las gavetas una por una para encontrarlos), parece ser que no habían lavado un plato en su vida. Una de las chicas cogió un cacharro del lavabo -que estaba lleno de agua aceitosa- mientra decías "Aggg", y lo cogía con dos deditos. La otra, que iba a lavarlo, se puso los guantes de plástico que hasta ahora nadie se había puesto. Echaron medio bote de jabón en el cacharro, y la chica frotó con las manos durante un buen buen rato... hasta que descubrió que existen las esponjas.

Cuando nosotros ya habíamos terminado de cocinar, habíamos terminado de comer, y habíamos terminado de lavar todos nuestros platos, ellas acabaron de cocinar el suyo.

Así, nos fuimos a dormir.

El plan para hoy: visitar el museo de dibujos animados (y así Josué está contento) y tal vez dar un paseo con las bicis por Chelsea.

¡Buen día!