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Our house in the middle of the street

lunes, 15 de agosto de 2011

¡Hoy, nos despedimos del hostal!

Para nosotros es como empezar una nueva etapa: por fin tendremos nuestra propia habitación, por fin podremos sacar la cosas de las maletas, por fin podremos hacer una compra decente y tener un armario y una nevera donde guardarla...

Antes de irnos, queríamos dedicarle un post a estas dos semanas que hemos estado aquí.

He aquí nuestra habitación:

La litera de arriba es donde dormía yo y la de abajo donde dormía Jossepi. Abajo, a modo de muralla de la cama de Jossepi, estaban nuestras maletas. Detrás de Jossepi se ven las listeras de algunos de nuestros vecinos.

Estas son las camas que más cerca nos quedaban, justo en frente de las nuestras (la foto de la derecha). Detrás y a un lado había otras dos literas más, una gran ventana, y este bonito lavabo.


























Las tortuosas escaleras por las que tuvimos que subir y bajar las maletas, y obviamente, subir y bajar todos los días. Cuatro pisos con escaleras de dudosa estabilidad.

Ésta es la cocina donde tantas cosas raras vimos, y donde desayunábamos y cenábamos todos los días.


































Y éstos los dos comedores: la sala de la televisión y el comedor en sí, que constaba de dos partes: una pequeña salita con mesas y neveras, y otra sala con una barra americana. Habían huecos en las paredes que daban con la cocina, así que era fácil pasar los platos de un lado a otro.





















Las dos salas donde nos podíamos conectar: la primera, donde pasamos más tiempo, es parte de la recepción y veías a la gente entrar y salir y pedirles cosas a los recepcionistas. La otra, que descubrimos más tarde, era silenciosa y tranquila: la gente iba a leer, conectarse...
































Además, queríamos hacer un recuento de la gente con la que hemos compartido o bien habitación o bien el hostal:

En la primera habitación:

-Un par de italianos ruidosos que fumaban en la ventana de la habitación.
-Un chico que al día siguiente era chica y luego volvió a ser chico (nunca nos pusimos de acuerdo, cuando estaba acostado parecía un chico, luego parecía una chica, otro día en la cocina volvió a parecer un chico...)
-Un par de chicas que se despelotaban en la habitación como si no hubiera nadie.
-Un chinito que estaba en la litera de más abajo de la nuestra (estas literas eran de 3 pisos), que abría y cerraba la gaveta que tenía justo debajo todo el rato, moviendo toda la litera.

En la segunda habitación (en otro hostal):

-Dos chicos de idioma desconocido (no estamos seguros de que sea alemán, pero puede ser un idioma similar), que solían reunirse con una rubia de otra habitación y pegarse hasta las tantas hablando.
-Dos chicas que un día salieron de fiesta xD No sabemos mucho sobre ellas, salvo que los otros dos chicos las intentaron ligar, sin éxito.
-Un chico con un sombrero.
-El chico de encima del del sombrero, que siempre se acostaba el primero y se despertaba antes que nadie.
-El día que nos fuimos de ese hostal, la habitación estaba ocupada totalmente por chicas, excepto un chico, pero a ninguna las llegamos a conocer.

En la tercera habitación (de vuelta en el primer hostal):

-Dos negras simpáticas, una de ellas por la tarde-noche siempre estaba leyendo, y la otra, durmiendo.
-Una chica rubia que ha estado en la habitación desde que llegamos hasta que nos hemos ido. Por las noches nunca la veíamos, se acostaba tardísimo.
-Un catalán, con el cual habíamos coincidido en el otro hostal, y al cual se lo llevó la policía aquella vez.
-Dos finlandeses-noruegos, o de algún lugar por esas zonas. Típicos metaleros del norte, rubios de pelo largo con barbas.
-Dos españoles que nos confundieron durante dos días con guiris, y nos hablaban en inglés, a pesar de que nosotros les saludábamos diciendo "Hola" o "Buenos días".
-Dos chicas angloparlantes que nos saludaron efusivamente cuando nos conocieron. Un día salieron de fiesta y volvieron a las mil.
-Una rubia silenciosa.
-Un inglés extraño, que solía cantar canciones raras, hablar en voz alta con sí mismo y sonreír con sonrisa misteriosa. Éste hombre nos daba miedo. Solía meterse en las conversaciones y deambular por el edificio. Otro dato misterioso: los primeros días, en su ficha del hostal, se llamaba Rayman... otro día, cuando lo actualizó (porque se iba a quedar más tiempo) se llamaba Harib 8 (¿8?)

Gente con la que nos hemos cruzado fuera de la habitación:
-Un negro con rastas, fan del Liverpool. Nos lo encontrábamos siempre en el ordenador cuando nos conectábamos.
-Un chinito alto y alargado, que siempre estaba conectado en el ordenador, y que estuvo durante una semana y media en el hostal.
-Un grupo de 500.000 machupichus.
-Unos argentinos escandalosos y pesados.
-Un italiano que siempre pedía cosas a la gente (a nosotros, el ordenador; a otros, el teléfono...)
-Dos catalanas que se la cogieron viendo el partido del Madrid-Barça y grabaron vídeos muy extraños.
-El andaluz que gritaba durante el partido.

Ahora, a ver con qué nos encontramos en la nueva casa de la polaca.

Vamos para allá.

¡Buen día!

2 comentarios:

  1. lopillas dijo...:

    Qué experiencia tan chula de veras. El hostal tiene buena pinta, me ha gustado el detalle de todas las banderas en uno de los comedores. Con qué rapidez se hace uno a cualquier sitio que te cobije, verdad? Ahora toca grabar en el disco duro de los bonitos recuerdos toda esta etapa y alehop abrir una carpeta de nuevas experiencias.
    Tengo un curiosidad por saber del nuevo sitio!! Esto es como una serie por capítulos :)
    A comeros el mundo y un potajito también...

  1. Püzilala dijo...:

    (Davi) Me parece que el mundo puede, pero un potajito les queda mas dificil... JAJAJA xDDD

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